Si nos hacemos con un periquito adulto que no nos conoce, lo normal es que este nervioso varios días, hasta que se vaya acostumbrando a nosotros, por lo que es recomendable no forzarlo ni meter la mano en la jaula en las primeras semanas.
El primer paso para adiestrar a un periquito es que se acostumbre lo más posible a la presencia de personas. Por eso es mejor si colocamos la jaula en un lugar de la casa donde más estemos.
El primer paso para adiestrar a un periquito es que se acostumbre lo más posible a la presencia de personas. Por eso es mejor si colocamos la jaula en un lugar de la casa donde más estemos.
En su cuidado diario debemos ser lo mas suaves posibles, acercándonos sin movimientos bruscos y hablándoles y silbándoles de forma suave.
Una vez este acostumbrado a nuestra presencia podemos ir introduciendo la mano en su jaula sin intentar tocarlos y de forma suave para que se vayan acostumbrado que nuestra mano no supone tampoco ningún peligro para ellos.
Una vez se acostumbren, podemos conseguir que se empiecen a montar en nuestros dedos ofreciéndoles comida que les guste especialmente. Haciendo esto día tras día conseguiremos que poco a poco se pose en nuestra mano por propia voluntad nada mas meterla en la jaula.
Solo cuando este muy acostumbrados nosotros, los podremos sacar de vez en cuando de sus jaulas (en habitaciones de donde no puedan salir). No lo sacaremos nosotros, si no que le dejaremos la jaula abierta para que el periquito salga el solo.
Solo cuando este muy acostumbrados nosotros, los podremos sacar de vez en cuando de sus jaulas (en habitaciones de donde no puedan salir). No lo sacaremos nosotros, si no que le dejaremos la jaula abierta para que el periquito salga el solo.
Para meterlo en la jaula otra vez, le ofreceremos la mano para que se monte o le ofreceremos alguna “golosina”. Nunca lo cogeremos o perseguiremos para introducirlo, ya que cogeria miedo. Lo normal es que si tenemos problemas, el propio periquito volverá a meterse por propia voluntad cuando sienta hambre o quiera beber.
Cuando este acostumbrado a estar fuera lo podemos adiestrar a que acuda a nuestra llamada dándole como recompensa su comida preferida y empezar a enseñarle otros trucos.
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